Tipos de instalaciones fotovoltaicas

Dentro de los Tipos de instalaciones fotovoltaicas, la más importante es la relativa a su estado respecto a la red pública de distribución de energía eléctrica. De esta forma, podemos distinguir entre las instalaciones aisladas de la red y las instalaciones conectadas a la red.

Una instalación fotovoltaica constituye una fuente de suministro eléctrico gracias a los módulos fotovoltaicos ó, paneles solares cómo comúnmente los conocemos, que captan la energía solar y la convierten en energía eléctrica debido al efecto fotovoltaico que se produce en sus celdas.

Es importante diferenciar ambos tipos de instalación, no sólo por la magnitud de los componentes sino también por los trámites necesarios para autorizar su funcionamiento. Por lo que, en este artículo te brindamos la información necesaria.

Tipos de instalaciones fotovoltaicas: AISLADAS

Un sistema aislado o autónomo es una instalación eléctrica que abastece energía a uno o más aparatos de forma completamente independiente de la red eléctrica. En general, una instalación fotovoltaica aislada puede incluir los siguientes componentes:
  • Módulos fotovoltaicos: generan energía eléctrica en corriente continua.
  • Sistema de almacenamiento (baterías): una instalación fotovoltaica aislada debe tener una capacidad de acumulación energética (baterías) que garantice el suministro durante las noches y también en los días con poco sol.
  • Regulador: controla los procesos de carga y descarga de las baterías.
  • Inversor: convierte la corriente continua obtenida en corriente alterna para suministrarla a los consumos.
  • Fusibles: necesarios para garantizar la seguridad de la instalación y sus componentes.

APLICACIONES

Las instalaciones aisladas brindan la oportunidad de poder suministrar de energía al lugar donde se encuentran ubicadas. Para ejemplificar su utilidad, enlistamos las siguientes aplicaciones:
  • Aplicaciones espaciales.
Se encargan de proporcionar de energía eléctrica a elementos colocados por el ser humano en el espacio, tales como satélites de comunicaciones. La investigación en esta área propició el desarrollo de los equipos fotovoltaicos tal y como los conocemos en la actualidad.
  • Señalización.
Se aplica, por ejemplo, a señales de tráfico luminosas, formadas por diodos LED, alimentados por un panel solar y una batería.
  • Alumbrado público.
Se muestra útil en zonas en las que resulta complicado llevar una línea eléctrica convencional.
  • Bombeo de agua.
Estas instalaciones están diseñadas para lugares tales como granjas, ranchos, etc. Se pueden realizar en cualquier lugar y su uso puede ser tanto para agua potable como para riego.

Tipo de instalaciones fotovoltaicas: CONECTADAS A LA RED Ó INTERCONECTADAS

Los sistemas conectados a la red son centrales eléctricas que destinan su energía a la red eléctrica, pero que por ley no deben interferir con el funcionamiento normal de la red y, por lo tanto, deben obtener una autorización para que el sistema fotovoltaico pueda conectarse a la central eléctrica correspondiente.
En las instalaciones conectadas a la red no existen baterías ni reguladores, puesto que el objetivo es entregar la energía generada a una compañía eléctrica. Por lo que los módulos y los inversores son los protagonistas en la instalación; sin embargo, debido al tamaño que suelen tener estas instalaciones, son habituales los siguientes componentes:
  • Cuadros de protecciones de corriente continua.
  • Cuadros de protecciones de corriente alterna.
  • Contadores de energía vendida y de energía consumida.

APLICACIONES

Podemos distinguir su aplicación en los siguientes ejemplos:
  • Centrales fotovoltaicas y huertos solares.

Recintos en los que se concentra un número determinado de instalaciones fotovoltaicas de diferentes propietarios con el fin de vender la electricidad producida a la compañía eléctrica con la cual se haya establecido el contrato.

  • Edificios fotovoltaicos.
Es una de las últimas aplicaciones desarrolladas para el uso de la energía fotovoltaica. La rápida evolución en los productos de este tipo ha permitido el uso de los módulos como material constructivo. La integración arquitectónica consiste en combinar la doble función, como elemento constructivo y como productor de electricidad, de los módulos fotovoltaicos. En este tipo de instalaciones se toma en cuenta la parte estética.

La mayoría de estos sistemas han sido integrados en techos y tejados, porque es ahí donde alcanzan la máxima captación de energía solar; sin embargo, como mencionó, actualmente se ha comenzado a integrarlos en muros y fachadas, en las que el vidrio es reemplazado por módulos de láminas delgadas semitransparentes.

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